top of page

El dilema de la colmena: cuando los zánganos toman el control.

  • Foto del escritor: Mario González Sánchez
    Mario González Sánchez
  • 19 mar
  • 3 Min. de lectura

La colmena de mi amigo Paquito.
La colmena de mi amigo Paquito.

La naturaleza es sabia y, a menudo, su organización nos ofrece lecciones que trascienden más allá de su propio ecosistema. Un ejemplo fascinante es el de las colmenas, pequeñas sociedades donde cada miembro tiene una función clara y necesaria para el equilibrio del conjunto. Sin embargo, cuando las reglas naturales se alteran, el caos se instala y las consecuencias pueden ser devastadoras.

Mi amigo Paquito es un experimentado apicultor. Ha heredado de su padre el arte de conseguir la miel y, con el paso de los años, ha perfeccionado su conocimiento sobre el comportamiento de las abejas. Sin embargo, en los últimos meses, lleva observando un fenómeno inquietante en una de sus colmenas: la producción de miel ha disminuido drásticamente, las abejas están crispadas y el orden habitual parece haberse vulnerado. Decidimos analizar juntos la situación, y lo que descubrimos fue sorprendente.

En las colmenas, la reina cumple un papel fundamental: garantiza la cohesión de la colonia mediante feromonas que regulan el comportamiento de las obreras, asegurando así la estabilidad y productividad del conjunto. Las obreras, por su parte, se dividen en diferentes tareas según su edad y capacidades. Su labor es imprescindible para la supervivencia de la colmena, ya que son ellas quienes recolectan el néctar, alimentan a las larvas y protegen el hogar de amenazas externas. Los zánganos, en cambio, tienen un único propósito: fecundar a la reina. Tras cumplir su misión, su ciclo vital llega a su fin, permitiendo que la colmena continúe su labor sin sobresaltos. Pero en la colmena de Paquito algo había alterado este orden natural. De los diecisiete panales que la componían, dos habían caído bajo el control de los zánganos. Lejos de cumplir con su función y extinguirse tras la fecundación de la reina, estos machos habían encontrado la manera de perpetuarse en el poder. No contribuían al trabajo común, no producían miel, no protegían la colmena. Simplemente se alimentaban del esfuerzo ajeno y establecían criterios que solo beneficiaban su permanencia. Más preocupante aún, presionaban a la reina y esta, para evitar su destitución, exigía cada vez más esfuerzo a las obreras de los demás panales. La tensión en la colmena era evidente. El malestar crecía. Las abejas obreras trabajaban más, pero recibían menos recompensa. El cisma entre los diferentes panales de la colmena se hacía cada vez más profundo y la cohesión social, antes un pilar fundamental para la prosperidad de la comunidad, se encontraba en peligro. Lo que debía ser una sociedad en perfecto equilibrio se estaba convirtiendo en un escenario de abuso y explotación. Sin embargo, esta reflexión no se limita al mundo de las abejas. La historia de esta colmena puede servirnos como metáfora para analizar otras estructuras sociales, donde ciertos grupos quieren aprovecharse del esfuerzo colectivo sin contribuir realmente al bienestar general. En la actualidad, España afronta una situación en la que algunos partidos políticos buscan imponer sus propias reglas dentro del sistema común, exigiendo beneficios y concesiones que dependen del esfuerzo de todos, sin aportar de manera equitativa al desarrollo y la estabilidad general. Al igual que los zánganos en la colmena de Paquito, estos grupos ejercen una presión constante sobre el sistema, condicionando decisiones fundamentales para la gobernabilidad y debilitando el equilibrio social. La exigencia de privilegios por parte de ciertos actores políticos, sin una contribución proporcional al esfuerzo común, genera una fractura que afecta la cohesión nacional. La tensión entre las partes, la injusticia para unos y el privilegio arbitrario para otros, pone en riesgo la equidad de toda la sociedad.

La naturaleza nos enseña que la estabilidad y el progreso dependen del equilibrio entre los diferentes elementos de un sistema. Si ese equilibrio se rompe, la decadencia se convierte en un peligro real. La historia está llena de ejemplos de sociedades que, al ignorar este principio, han caído en el colapso. Desde antiguas civilizaciones hasta modelos políticos recientes, el resultado ha sido siempre el mismo: cuando el esfuerzo colectivo se descompensa en favor de unos pocos, el sistema comienza a deteriorarse.

La colmena de Paquito está en crisis. La pregunta es: ¿será capaz de encontrar una solución antes de que sea demasiado tarde? Si no se recupera el equilibrio, las abejas obreras podrían llegar a un punto de agotamiento en el que la producción de miel sea insostenible. Con el tiempo, la colmena dejará de ser viable y acabará colapsando por su propio peso. España, como la colmena de Paquito, enfrenta un desafío similar. Si no se restablece la equidad en la distribución de esfuerzos y beneficios, si no se refuerza la cohesión social y el sentido de unidad, las consecuencias pueden ser irreversibles. El tiempo corre, y la respuesta que se dé a esta crisis determinará el futuro de la colmena… y del país.


Coque Malla. No puedo vivir sin ti.


Comments


Los diseños, los textos y el material multimedia que aparecen en este sitio web son propiedad del autor.

Queda prohibido la utilización de dicho material sin el consentimiento del propietario.

Ourense 2025

  • Facebook
  • Facebook
  • YouTube
bottom of page